Frase de Facundo Cabral

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Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una... - Facundo Cabral

Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos...

Facundo Cabral

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Explorar Frases

¿Qué es la vida humana en este mundo inconstante? Nada más que un instante.

Adam Mickiewicz

Sentado con mi guitarra frente al cañón de luz, descubrí que mi sombra, es la parte de mí que hasta la luz desprecia.

Alejandro Sanz

La sociedad catalana es una sociedad informada y ella tiene que tomar la decisión. Y no van a valer luego excusas.

Arcadi Espada

Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes.

Aristóteles

El Supremo Creador nos dió dos orejas y una sola lengua, para que oigamos mucho y hablemos poco.

Arthur Conan Doyle

El hormigón es la piedra que fabricamos...

Auguste Perret

El que enseña el camino al que va errado, luz en su luz le enciende y a él le alumbra habiéndola comunicado.

Cicerón

Nací en Ucrania, pero ya en fuga. Mis padres pararon en una aldea que ni aparece en el mapa, llamada Tchetchelnik, para que yo naciera, y se vinieron al Brasil, adonde llegué con dos meses. De manera que llamarme extranjera es una tontería. Soy más brasileña que rusa, evidentemente...

Clarice Lispector

Tendrias que caminar 1000 millas en mi lugar, solo para ver, que es ser como yo.

Eminem

El arte de vivir consiste en sacar el bien mayor del mal mayor.

Joaquim Machado de Assis

Mi corazón pende en mi pecho, condecoración a ofrecer.

Luis Cardoza Y Aragón

Llegar a estar contento de ti mismo es un gran peligro.

Nicolae Iorga

Se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.

Pablo de Tarso

El arte es el reflejo del mundo. Si el mundo es horrible, el reflejo también lo es.

Paul Verhoeven

La más terrible de todas las armas es la palabra, que arruina una vida sin dejar rastro de sangre y cuyas heridas jamás cicatrizan. Seamos, por tanto, señores de nuestra lengua para no ser esclavos de nuestras palabras.

Paulo Coelho