Frase de Fernando Pessoa

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Todas las frases en el libro de la vida, si son leídas hasta el final, van a terminar en una interrogación.... - Fernando Pessoa

Todas las frases en el libro de la vida, si son leídas hasta el final, van a terminar en una interrogación.

Fernando Pessoa

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Explorar Frases

No basta la posesión para imprimir en el alma de la mujer un sello profundo y duradero. Las almas son casi impenetrables, y eso os muestra cómo el amor es un nada cruel.

Anatole France

Ahí le dejé Café

Andrés López

Hay mucha más vida en la música de las matemáticas o la lógica.

Gabriel Marcel

No hay un cretino que no haya soñado ser un gran hombre, ni un burro que, al contemplarse en el arroyo junto al que pasaba, no se mirara con placer, encontrándose aires de caballo.

Gustave Flaubert

Ya desde niño hacía voces estúpidas.

Hank Azaria

El Museo Ghibli me hace sentir nostalgia, especialmente por las tardes, cuando atardece y el Sol se pone: las lágrimas bañan mis ojos.

Hayao Miyazaki

De todas las miserias del hombre, la más amarga es ésta: saber tanto y no tener dominio de nada.

Heródoto

Ara en el agua, y en la arena siembra, y echa su red para coger los vientos, quien pone su esperanza en una hembra.

Jacopo Sannazaro

Los fanáticos tienen sus ensueños, con los que forjan un paraíso para su secta.

John Keats

La ejecución de un déspota local o un sheshi malvado de tanta importacia repercute en todo el distrito y contribuye muy eficazmente a la extirpación de los males remanentes del feudalismo.

Mao Zedong

El Estado me da una educación y una instrucción adecuada a él y no a mí.

Max Stirner

Las frivolidades del mundo me han robado el tiempo. Esto me ha hecho reflexionar sobre Dios.

Miguel Ángel Buonarroti

Las mujeres parecen primero ángeles, luego supone uno si serán demonios, y poco a poco empieza uno a comprender, que son hembras, como las yeguas, como las vacas...

Pío Baroja

Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada.

Proverbio Chino

Amo a mi patria casi infinitamente, como se podría amar a un hijo imbécil o malvado.

Ricardo Garibay