Frase de Frédéric Bastiat

← Anterior Siguiente →
Coartar los intercambios, destruir la libertad de escoger so pretexto que los hombres pueden equivocarse, en nada mejoraría las cos... - Frédéric Bastiat

Coartar los intercambios, destruir la libertad de escoger so pretexto que los hombres pueden equivocarse, en nada mejoraría las cosas, a menos que pueda demostrarse que el agente encargado de aplicar las coerciones está exento de la imperfección de nuestra naturaleza, es ajeno a nuestras pasiones y nuestros errores y no pertenece a la humanidad.

Frédéric Bastiat

Todas las frases de Frédéric Bastiat →

Explorar Frases

No extrañéis, dulces amigos, que esté mi frente arrugada: yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas.

Antonio Machado

Poseo luego existo.

Carlos Monsiváis

Trabajar es vivir y a mi me encanta vivir.

Charles Chaplin

El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído.

Concepción Arenal

Usted haga como yo y no se meta en política.

Francisco Franco

El abogado es un hábil caballero que se ocupa de cuidar nuestros bienes y de nuestros enemigos para poder quedárselos él.

Henry Brougham

Los idiomas no son nada. Me refiero al espíritu... Al genio.

Henry James

Porque dicen, amor, que no caminas si los celos no te calzan las espuelas.

Lope de Vega

Solo Paul permanecía ajeno a todo, hasta que su hijo Jimmy se levantó de su sitio y vino a ocupar la silla que Daniel había dejado libre al abrazar a Rebecca. Con una dulzura inmensa, cogió la mano de su padre y le acarició la cara. Creí entonces percibir con el rabillo del ojo que -muy, muy levemente- Paul sonreía.

María Dueñas

Con los años he aprendido que la vida nunca es justa.

Nicholas Sparks

Lo ideal en toda relación sexual es la búsqueda de lo opuesto y por eso el mundo homosexual actual es algo siniestro y desolado.

Reinaldo Arenas

¡Y esos ojos! Contemplarlos es como sumergir la mirada en algo profundo, angustiosamente abisal. Con su brillante negrura, esos ojos parecen no decir nada y expresar, a la vez, lo inexpresable, a tal punto resultan conocidos y desconocidos al mismo tiempo.

Robert Walser

La gloria, en verdad, no es otra cosa que un olvido aplazado.

Santiago Ramón y Cajal

Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas.

Tácito

Me dio el corazón que agita su marco cuando miro el fruto del cerebro humano, cuando miro el bueno tan lejos del malo, cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Violeta Parra