Frase de George Orwell

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Antaño hubo muchas veces escenas de matanzas igualmente terribles, pero a todos le parecía mucho peor la de ahora, por haber sucedido... - George Orwell

Antaño hubo muchas veces escenas de matanzas igualmente terribles, pero a todos le parecía mucho peor la de ahora, por haber sucedido entre ellos mismos.

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Ah, me resisto, mas me tienes toda, tú, que nunca serás del todo mío.

Alfonsina Storni

Mi prioridad permanente es la compañía. Lo mío es vocación empresarial. El empresario de antes no me gustaba.

Viene de antaño la idea de que quienes adoptan las prácticas del mercado competitivo consiguieron mayor aumento demográfico y desplazaron a otros grupos que siguieron costumbres diferentes... Sólo los grupos que se comportan conforme a ese orden moral logran sobrevivir y prosperar.

Friedrich Hayek

El hastío es la más estéril de las pasiones humanas. Así como es hijo de la nulidad, es también padre de la negación, ya que no sólo es estéril por sí mismo, sino que esteriliza del mismo modo a cuanto toca o se le acerca.

Giacomo Leopardi

Si el hombre normal del pasado tenía un grave respeto a la propiedad, pudo ser muy bien que fuese porque a veces tenía él una propiedad.

Gilbert Keith Chesterton

Los animales son la encarnación de la inocencia.

El orgullo de quien se cree hermosa daba a su andar un ritmo insolente.

Mientras más capacidad tienes de amar, mayor es tu capacidad de sentir la pena.

Jennifer Aniston

Qué linda época aquella en que decíamos revolución.

Mario Benedetti

Sin jugar es imposible ganar.

Ella se conduce como si fuera hermosa.

Cual más cual menos, toda la lana es pelos.

Al pasar un barco entre dos casas, parece un barco de teatro entre bastidor y bastidor.

Ramón Gómez de la Serna

La cena era picadillo de cordero y pan con mantequilla; como podrán imaginar, con el hambre que tenía enseguida di buena cuenta del refrigerio. Mientras comía, se oyeron las lentas campanadas del reloj que yo había oído antes, dando las nueve y media.

El temor de las cosas invisibles es la semilla natural de lo que cada uno llama para sí mismo religión.

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