Frase de Haruki Murakami

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Eres muy bonita, Midori -corregí. ¿Cuánto? Tan bonita como para hacer que las montañas se derrumben y el mar se seque.... - Haruki Murakami

Eres muy bonita, Midori -corregí. ¿Cuánto? Tan bonita como para hacer que las montañas se derrumben y el mar se seque.

Haruki Murakami

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Explorar Frases

Una maldición nunca ha matado una mosca.

Achille Chavée

Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.

Albert Einstein

Lo esencial para ser feliz es mantener siempre bien colmado el corazón, incluso de dolor. Sí; incluso de dolor, y aun el dolor más amargo.

Auguste Comte

No permitiré que ningún hombre reduzca y degrade mi alma haciéndome que lo odie.

Booker T. Washington

Para morir como su ley impone, el mar no quiere diques, ¡Quiere playas!

Delmira Agustini

Los leones y los cocodrilos no comen blancos, la flecha envenenada siempre cae del lado del negro, y las posibilidades de despeñarse en un abismo sin fondo se multiplican si eres un nativo analfabeto. Esa es la verdadera ley de la selva - sentenció dejando escapar una risa amarga.

Fernando Gamboa González

Y usted, ¿a qué se dedica?

Isabel II del Reino Unido

En mil libras de ley no hay una onza de amor.

John Ray

Tu corazón es igual que una playa, que, pudiendo ser tierra, nunca llega a ser mar.

José Ángel Buesa

Cariño mio, ¿que puedo hacer? No me resigno a estar asi. Por eso yo que te amo, sigo implorando, ayudame y te destruire.

Laura Pausini

Las letras son siempre producto de zapadas, de improvisaciones. Lo que importa es el ritmo. Cuando al final escucho a la letra que quedó armada digo: La puta madre, sin darme cuenta conté toda una historia.

Luca Prodan

Nunca una catástrofe nacional se ha producido en medio de una mayor inconsciencia colectiva.

Manuel Chaves Nogales

Desarmando las mentiras con dulces caricias, lo más grande y especial es sentirnos críos.

Paco Bello

No podemos evitar las pasiones pero sí vencerlas.

Séneca

Cuando hay una oportunidad, nunca retrocedo.

Takuma Sato