Frase de Henri-Frédéric Amiel

← Anterior Siguiente →
Ser mal comprendidos por aquellos a quienes amamos, he ahí el cáliz de la amargura y la cruz de la vida. Eso es lo que pone en... - Henri-Frédéric Amiel

Ser mal comprendidos por aquellos a quienes amamos, he ahí el cáliz de la amargura y la cruz de la vida. Eso es lo que pone en la boca de los hombres superiores esa sonrisa dolorosa y melancólica tan extraña.

Henri-Frédéric Amiel

Todas las frases de Henri-Frédéric Amiel →

Explorar Frases

El amor de la viudita de la misma condición, por temor al difunto se viene a dormir conmigo.

Anónimo

Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.

Blaise Pascal

Realmente disfruté, caminando a través del Vaticano con mi vara diciendo 'Un día todo esto podría ser mío'.

Bono

Porque nada es tan perfecto como uno lo imagina.

Chuck Palahniuk

Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que se complacen en ser mal gobernados.

Jacinto Benavente

Lozanía de atardecer. El sabe que la campana redobla el sonido de la vida.

Kobayashi Issa

Ĺa educación es el único camino para cambiar el mundo.

Malala Yousafzai

Amar es mucho más que enamorarse, es un talante ante la vida.

Mercedes Pinto Maldonado

Siempre los ricos que dan en liberales hallan quien canonice sus desafueros y califique por buenos sus malos gustos.

Miguel de Cervantes

Cuando piso un escenario, no importa nada mas. No pienso que es trabajo. Es tan divertido.

Miley Cyrus

El éxito es el desarrollo del poder con el que uno consigue cualquier cosa que desea en la vida, sin interferir con los derechos de los demás.

Napoleon Hill

Paciencia. Bondad. Generosidad. Humildad. Delicadeza. Entrega. Tolerancia. Inocencia. Sinceridad. Esas son las cosas que componen el bien supremo; están en el alma del hombre que desea estar presente en el mundo y cercano a Dios.

Paulo Coelho

La música no está para expresar sentimientos, sino para expresar música.

Pierre Boulez

¿Cuántos años me golpean de pronto, desgarrándome, fulminándome al revivir con toda la contundencia de lo que está mal hecho el día en que mi moto me hizo conocer la decepción y el miedo y la vergüenza? Era una scooter de color vino tinto y hoy no puedo precisar con exactitud en qué oscuro garaje o en qué manos o en qué lugar de mi memoria se extravió

Rafael Humberto Moreno-Durán

Todo, hasta el mismo silencio tiene algo que callar.

Vladimír Holan