Frase de Kristin A. Scott Thomas

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Nuestros cuerpos son los países de este mundo y no las fronteras que aparecen en los mapas con los nombres de hombres podero... - Kristin A. Scott Thomas

Nuestros cuerpos son los países de este mundo y no las fronteras que aparecen en los mapas con los nombres de hombres poderosos.

Kristin A. Scott Thomas

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Ningún régimen ha apreciado a los grandes escritores, sólo a los mediocres.

Aleksandr Solzhenitsyn

Siempre surge el reto contra el que se mide la seriedad de nuestras intenciones.

Andrew Matthews

Los cementerios están llenos de valientes.

Anónimo

Y por temor al difunto.

Anónimo

Pronto ya no iban a caber los libros en la casa. Pero aunque uno no los leyera todos, eran la mejor herencia.

Augusto Monterroso

Aznar y Anguita son la misma mierda.

Felipe González

La mitad de lo que escribimos es dañosa; la otra mitad es inútil.

Henry Becque

Los usuarios dedican treinta segundos a leer la página de inicio de una web. En ese tiempo y en pocas palabras, la web debe mostrar lo que ofrece.

Jakob Nielsen

Como el sol, como la luna, como el agua, como el oro, sé claro y brillante y refleja lo que hay en el fondo de tu corazón.

Joan Fontcuberta i Villà

Lo hermoso es alegría para siempre: su encanto se acrecienta y nunca vuelve a la nada, nos guarda un silencioso refugio inexpugnable y un reposo lleno de alientos, sueños, apetitos.

John Keats

A un plan obedece nuestro enemigo: de enconarnos, dispensarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan.

José Martí

Los hombres correrán tras la cosa que más temen, es decir, que serán miserables por temor a la miseria.

Leonardo da Vinci

La costumbre del vicio se vuelve en Naturaleza.

Miguel de Cervantes

¿Quién me habla? ¿Sois voces del otro mundo? ¿Sois almas en pena, o sois hijos de puta?

Ramón María del Valle-Inclán

¿Quién puede bajar los ojos como una mujer? ¿Y quién sabe alzarlos como ella?

Søren Kierkegaard