Frase de Larry King

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Aprendí algo el primer día que estuve al aire: hay que ser honesto, si uno es honesto con la audiencia, si haces buenas preguntas les vas... - Larry King

Aprendí algo el primer día que estuve al aire: hay que ser honesto, si uno es honesto con la audiencia, si haces buenas preguntas les vas a gustar, no puedes forzar a alguien a gustarte.

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El alumno va a la escuela para ser él o ella, para construirse.

Yo no escribo para complacer a otros, sino la conciencia me exige que debo decir las mentiras que nos venden como verdad.

Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar. Gente de mano caliente por eso de la amistad, con uno lloro, para llorarlo, con uno rezo para rezar. Con un horizonte abierto que siempre está más allá. Y esa fuerza para buscarlo con tesón y voluntad.

Atahualpa Yupanqui

Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como ahora. Empezaron a serlo al pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escuchar tus quejas. Así que, antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación.

No sé de qué están hechas las almas, pero la mía y la suya son una sola.

La duda no es un estado demasiado agradable, pero la certeza es un estado ridículo.

Fernando Savater

Deberes. Algo que los demás tienen para con uno, pero que uno no tiene para con los demás.

Gustave Flaubert

Me gusta decirle a los vascos que cuanto más antiguo es su idioma más cerca está del lenguaje de los chimpancés.

¿Italia? Un paraíso habitado por demonios.

De pie frente a la sonrisa en la cabeza de un chancho recién horneado. No seas menos generoso.

Siempre que te enfrentes al enemigo conquístale mediante el amor.

¡Escúcheme, hombre de corazón duro! ¡Escúcheme, orgulloso, severo y cruel! ¡Habría podido salvarme y devolverme la dicha y la virtud, pero no quiso! Usted es el destructor de mi alma, mi asesino, ¡Que caiga sobre usted la maldición de mi muerte y la de mi hijo aún no nacido!

Matthew Gregory Lewis

Dios mío, señor, no se propone juzgar a un hombre, sino hasta el fin de sus días.

El ruido depende del silencio del que procede. Cuanto más absoluto es éste más escandaloso es aquél.

La vida es una escuela de probabilidad.

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