Frase de Leandro Alem

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Una vibración profunda conmueve todas mis fibras patrióticas al contemplar la resurrección del espíritu cívico en la heroica ciudad de... - Leandro Alem

Una vibración profunda conmueve todas mis fibras patrióticas al contemplar la resurrección del espíritu cívico en la heroica ciudad de Buenos Aires.

Leandro Alem

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... y en medio de violonchelos y pianos Carlos Gardel cantando, en la buhardilla de Benfica, Lejana Tierra Mía, con una voz que hería como un cuchillo cavando un surco entre tendones y músculos, entre huesos pulidos y cartilagos que chascaban.

António Lobo Antunes

Cada hombre tiene sus preferencias.

Aulo Persio Flaco

Los problemas son una parte de tu vida, y si no los compartes, no le das a la persona que te ama suficiente oportunidad de que te ame.

Dinah Shore

En 1911, Madero tomó la ciudad capital de México y fue entonces cuando ocurrió el temblor y se cayeron muchos edificios.

Elena Poniatowska

Mi misión es matar el tiempo, y la del tiempo es matarme en su turno a mí, Qué cómodo se encuentra uno entre asesinos.

Emil Cioran

Este Partido es una cruzada moral o no es nada.

Harold Wilson

Todo un símbolo del arte irlandés. El espejo rajado de una sirvienta.

James Joyce

El matrimonio, a decir verdad, es un mal; pero un mal necesario.

Menandro

Mi padre y unos pocos jefes influyentes tenían ese gran respeto por la educación que tan a menudo muestran quienes carecen de ella.

Nelson Mandela

... las minorías no tienen sitio cuando la mayoría tiene donde apoyarse...

Nicolás Maquiavelo

La noche es más triste que el día.

Ovidio

Para adquirir riquezas el saber hacer vale más que el mero saber.

Pierre-Augustin de Beaumarchais

No hay placer comparable al de encontrar un viejo amigo excepto el de lograr uno nuevo.

Rudyard Kipling

Soy muy fotogénico.

Shaquille O'Neal

El sentido del mal consistía en sobrevivir a él y estaban decididos (sin haber sido conscientes jamás de haberse hecho ese propósito) a sobrevivir a las inundaciones, a los blancos, a la tuberculosis, al hambre y a la ignorancia. Conocían bien la rabia, pero no la desesperación, y no lapidaban a los pecadores por la misma razón que no se suicidaban: estaban por encima de esas cosas.

Toni Morrison