Frase de Luís García Montero

← Anterior Siguiente →
Somos de una ciudad cargada de paciencia, que no conoce el sueño de los invernaderos, ni ha vivido la extraña presencia del amor... - Luís García Montero

Somos de una ciudad cargada de paciencia, que no conoce el sueño de los invernaderos, ni ha vivido la extraña presencia del amor.

Luís García Montero

Todas las frases de Luís García Montero →

Explorar Frases

Seamos sabios como el silencio, fuertes como el viento y útiles como la luz.

Abdu'l-Bahá

Si hay algo seguro en esta vida, si la historia nos ha enseñado algo, es que se puede matar a cualquiera.

Al Pacino

La belleza es convulsiva o no es nada en absoluto.

André Breton

El asesinato es la forma extrema de la censura.

George Bernard Shaw

Este hombre es un ser humano lo mismo que yo: tiene tantos motivos para tener miedo de mí, como yo para tener miedo de él.

Herman Melville

Uno de los secretos profundos de la vida es que lo único que merece la pena hacer es lo que hacemos por los demás.

Lewis Carroll

Me gusta la gente que se niega a hablar hasta que está preparada para hablar.

Lillian Hellman

Soy el campeón de la gente. Cualquiera se puede acercar a mí y decirme hola sin pagar. No hay guardaespaldas alrededor de este campeón.

Muhammad Ali

Cuando hago esto, la gente piensa que es porque quiero alimentar mi ego, ¿verdad? Por supuesto, ¡no pido que se le llame “Stallmanix!”.

Richard Stallman

Las preguntas son éstas: ¿Quién eres? ¿Qué has querido de verdad? ¿Qué has sabido de verdad? ¿A qué has sido fiel o infiel? ¿Con qué y con quién te has comportado con valentía o con cobardía? Estas son las preguntas. Uno responde como puede, diciendo la verdad o mintiendo: eso no importa. Lo que sí importa es que uno al final responde con su vida entera.

Sándor Márai

Si permitimos que las cosas nos asusten, no valdrá la pena vivir.

Séneca

Si Barbie es tan popular porque tenemos que comprar sus amigas.

Steven Wright

La comprensión es la sustancia con la que fabricamos compasión.

Thich Nhat Hanh

Julio César y otros emperadores que vinieron después de él obtuvieron ese mismo testimonio, es decir, fueron canonizados como santos.

Thomas Hobbes

Cuando un escritor es elogiado en vida más allá de sus merecimientos, puede estar seguro de que en lo porvenir será estimado muy por debajo de ellos.

Walter Savage Landor