Frase de María Vallejo-Nágera

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¡Ah, qué miedo me dan los pecados de omisión, querido lector...! ¿Se ha parado a pensar alguna vez en ello?... - María Vallejo-Nágera

¡Ah, qué miedo me dan los pecados de omisión, querido lector...! ¿Se ha parado a pensar alguna vez en ello?

María Vallejo-Nágera

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En política son los medios los que deben justificar el fin.

Albert Camus

La amistad no se cuenta aunque muchos la venden, ya que los amigos comprados o no lo son o valen poco.

Baltasar Gracián

Los remordimientos suplen la justicia.

Edward Young

Los problemasfinancieros pueden ser la manifestación externa de estados internos de conciencia.

Eric Butterworth

La idea de España me la sopla y me la suda A mí lo que me interesa son los derechos, los valores y los ciudadanos.

Fernando Savater

El uso indiscriminado de la violencia de uno y otro signo, sumió a los habitantes de la Nación en una atmósfera de inseguridad y de temor agobiante.

Jorge Rafael Videla

Todos caminaron. Pero pocos dejaron huellas...

José Narosky

La admiración por los libros me llevó a escribir. Yo admiraba a la gente por transferencia.

Juan Benet

Para lograr grandes cosas, se necesitan dos cosas: un plan y tiempo suficiente.

Leonard Bernstein

A por ellos, que son pocos y cobardes.

Loquillo

Se puede abandonar a una patria dichosa y triunfante. Pero amenazada, destrozada y oprimida no se le deja nunca; se le salva o se muere por ella.

Maximilien Robespierre

Yo soy la señal o registro que marca la página en que la revolución se detuvo; pero cuando yo desaparezca, la revolución volverá la página y emprenderá nuevamente su camino.

Napoleón Bonaparte

En un determinado momento de nuestras vidas llegamos a nuestro límite.

Paulo Coelho

Cuando se tiene menos estima del objeto amado que de si mismo, no se tiene por él más que un simple cariño cuando se le estima igual que a sí, ahí está la amistad, y cuando se le estima más, a esa pasión la podemos llamar devoción.

René Descartes

No deja de ser cierto que un terrorismo revolucionario precedió y convivió al principio con el terrorismo de estado, y que no se puede comprender el uno sin el otro.

Tzvetan Todorov