Frase de Miguel Mateos

← Anterior Siguiente →
Si no ves la salida, no importa, mi amor, no importa. Vos, tirá. Tirá, tirá para arriba, tirá. No hay horas perdidas, no aflojes mi am... - Miguel Mateos

Si no ves la salida, no importa, mi amor, no importa. Vos, tirá. Tirá, tirá para arriba, tirá. No hay horas perdidas, no aflojes mi amor, no aflojes. Vos, tirá.

Miguel Mateos

Todas las frases de Miguel Mateos →

Explorar Frases

No hacer negocio del no negocio.

Baltasar Gracián

Si todos los hombres estuvieran perfectamente satisfechos, ya no habría actividad en el mundo.

Barón de Holbach

Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no duda de su propia eternidad.

Eduardo Galeano

Ningún tormento sería para mí tan grande como estar solo en el Paraíso.

Goethe

La fuerza no proviene de la capacidad física sino de la voluntad indomable.

Indira Gandhi

Grande, grande, grande donde los haya.

José María García

La elocuencia de corto alcance es naturalmente la del pueblo y la de los niños, y admite expresiones ricas, más ricas incluso que la otra.

Joseph Joubert

De lo que ves créete la mitad de lo que no ves no te creas nada.

Kase.O

Cualquier individuo es más importante que la Vía Láctea.

Nelson Rodrigues

No hay ninguna garantía de que la otra vida sea menos exasperante que esta.

Noël Coward

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Pablo Neruda

Prefiero que me gusten las mujeres guapas antes que ser maricón.

Silvio Berlusconi

Confinar nuestra atención a cuestiones terrenales sería limitar el espíritu humano.

Stephen Hawking

Mientras el sistema de status permanece intacto, y mientras la clase ociosa puede emprender otros caminos de actividad no industrial que no sean los de matar el tiempo de un modo derrochador y carente de objeto, no cabe esperar ninguna desviación considerable del esquema general, establecido por la clase ociosa, de lo que es una vida merecedora de buena reputación.

Thorstein Veblen

Es preciso que tú y yo tomemos la resolución de no faltar nunca a la oración diaria. Digo: diaria, hijas mías, pero si pudiese, diría: no la dejemos nunca.

Vicente de Paul