Frase de Oscar Wilde

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Lo único que es capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgulllo que le proporciona hacerlas.... - Oscar Wilde

Lo único que es capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgulllo que le proporciona hacerlas.

Oscar Wilde

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Ser humano es sentirse mal, sentirse hecho polvo, sentirse asustado, y no poder hacer nada al respecto hasta que dejas de sentirte así, hasta que ves la salida por ti mismo.

Alden Ehrenreich

Cuando cambiamos interiormente, debemos cambiar también los objetos que nos rodean.

Anaïs Nin

Hay muy pocos monstruos que garanticen los miedos que les tenemos.

André Gide

En general está por norma dispuesto a sacrificarse quien de otro modo no sabe darle un sentido a su vida.

Cesare Pavese

Las lágrimas son tal vez los amigos más desinteresados de nuestra vida.

Franz Werfel

Deja de arañar la corteza; hay fruta madura en tu frente.

Henry David Thoreau

Una sombra cae desde aquellas vidas sobre las otras vidas, y los ágiles están ligados a los torpes como al aire y a tierra. Las fatigas de pueblos totalmente olvidados no puedo deponerlas de mis párpados, ni alejar de mi aterrada alma el mudo derrumbarse de lejanas estrellas.

Hugo von Hofmannsthal

En la vida hay muchos trastos que arrastramos sin saber por qué.

Jeff Bridges

La nostalgia de mi pago me pone triste el acento. Viene de allá, campo afuera, y se me va pecho adentro.

Juan Cunha

La ley natural es el principio y fuente de la civil; quien ignore la naturaleza, ignorará la política.

Montesquieu

Doy una fiesta a la que asistirá toda la gente a la que he amado, pero llego y no veo a nadie, llego y huele a azufre el aire.

Nacho Vegas

Oro, dinero... suprimid todo el oro del mundo ¿habrá disminuido en un átomo nuestra verdadera riqueza?

Rafael Barrett

La ecuanimidad es ánimo estable, imparcialidad, mente firme, humor sereno, mentalidad imperturbada; pero no es nunca desinterés, ni falta de intensidad, ni abulia ni indiferencia, todo lo contrario.

Ramiro A. Calle

Siempre me ha gustado no dar golpe. Y hubiera descansado también los días laborables de haber podido. No es que fuera decididamente perezoso. Era algo distinto.

Samuel Beckett

Algunos días son un tesoro. No muchos, pero creo que en casi todas las vidas existen unos pocos.

Stephen King