Frase de Pitágoras

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No interrumpas a una mujer que baila para darle un consejo. No hables de cosas abstractas a las gentes superficiales.... - Pitágoras

No interrumpas a una mujer que baila para darle un consejo. No hables de cosas abstractas a las gentes superficiales.

Pitágoras

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¡Días de trabajo! Son los únicos días que he vivido.

Alfred de Musset

El pasado es un cubo lleno de cenizas. No vivas en el ayer ni en el mañana, sino aquí y ahora.

Carl Sandburg

El verdadero heroísmo consiste en convertir los sueños en realidades y las ideas en hechos.

Castelao

Una mujer que piensa que es inteligente exige los mismos derechos que el hombre. Una mujer inteligente se da por vencida.

Colette

Espero que algún día la práctica de contagiar la viruela vacuna a los seres humanos se extienda por el mundo -cuando llegue ese día, ya no habrá más viruela.

Edward Jenner

¡Ay, hermanos, ese dios que yo creé era obra humana y demencia humana, como todos los dioses!

Friedrich Nietzsche

Estoy atento no sólo a preservar el poder ejecutivo para mí, sino también para mis predecesores.

George W. Bush

El único modo de estar seguro de coger un tren es perder el anterior.

Gilbert Keith Chesterton

Nosotros los metafísicos hemos santificado la realidad.

Giorgio de Chirico

Entre mis telas se traza el balancín, el columpio, la risa mientras nos lanzamos al viento y los velos se avuelan y los cuerpos se acuerpan.

Hanni Ossott

El filósofo no es ciudadano de ninguna comunidad de ideas. Esto es lo que lo hace ser filósofo.

Ludwig Wittgenstein

Como hombre, ¿cada cuándo te fijas en los zapatos de otro hombre?

Morgan Freeman

No es que escribir me produzca un gran placer, pero es mucho peor si no lo hago.

Paul Auster

Lo que importa es solamente lo que es natural. Esto deberá ser eterno. Lo que nace debe morir; lo que se adquiere debe perderse. Tú eres eternamente existente. El Yo nunca puede perderse.

Ramana Maharshi

Quizá la obra educativa que más urge en el mundo sea la de convencer a los pueblos de que sus mayores enemigos son los hombres que les prometen imposibles.

Ramiro de Maeztu