Frase de Roberto Iniesta

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Ella es una mujer romantica, yo soy un hombre exquisito, yo le tocaba las chochas y ella me tocaba el pito.... - Roberto Iniesta

Ella es una mujer romantica, yo soy un hombre exquisito, yo le tocaba las chochas y ella me tocaba el pito.

Roberto Iniesta

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Explorar Frases

En el amor no existe el libre albedrío, nadie puede decidir de quién va a enamorarse.

Alejandro Dolina

Era invierno; llegaste y fue verano. Cuando llegue el verano verdadero, ¿qué será de nosotros?

Antonio Gala

Si el universo no es continuo, sino que, como dicen Demócrito y Leucipo, está compuesto de partes separadas por el vacío, necesariamente será uno solo el movimiento de todas ellas.

Aristóteles

¿Y es que saben muchos de los que atacan el motivo por el que atacan? Unas palabras cordiales, un simple apretón de manos, disiparían en el enfurruñado su encono.

Azorín

Cuídate de que nadie te odie con razón.

Catón

Anthony Hopkins solía decir: "Yo no interpreto villanos, interpreto personas". es una cita que me gusta usar todo el tiempo.

Christopher Lee

La historia de mi vida ha sido una historia de amor. ¿De amor? ¡De soledad! De soledad y amor. De soledad. Sexualmente muy ardiente.

Ernesto Cardenal

La vanidad es a la sociedad lo que el viento al molino de aspas: aunque no sea muy fuerte, sin embargo es viento bueno para poner en movimiento la máquina.

Friedrich Maximilian Klinger

Perfume su repugnancia con exquisita urbanidad.

Joan Manuel Serrat

Las horas perdidas no tendrían que existir nunca.

Montserrat Caballé

Las bases indispensables de la sociedad son el ocio y el lujo.

Napoleón Bonaparte

Hay más nobleza de alma en gozar de la alegría de los demás que en afligirse por sus desgracias.

Pascal Bruckner

Dulce ironía, fuego de noche, nieve de día.

Ricky Martin

Esta tierra es la tierra de vuestros ancestros. No la entreguéis.

Saif al Islam Gadafi

Leyendo todos aquellos nombres, sumando tantos esfuerzos intelectuales, en todos los campos, uno no podía dejar de pensar que entre esos miles de hipótesis, una al menos tenía que ser justa, y que en todas ellas había sin duda un grano de verdad; la realidad no podía ser enteramente distinta.

Stanisław Lem