Frase de Soraya Lamilla

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¿Puede un beso abrir la eternidad?, ¿puede la pasión envenenar?. ¿Podrá un corazón tanto aguantar?, ¿podrá la vida seguir Después de... - Soraya Lamilla

¿Puede un beso abrir la eternidad?, ¿puede la pasión envenenar?. ¿Podrá un corazón tanto aguantar?, ¿podrá la vida seguir Después de amar así?.

Soraya Lamilla

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Explorar Frases

Ni hay mujer que dé en graciosa, que lo sea cual conviene.

Alonso de Barros

Avaro es el que no gasta en lo que debe, ni lo que debe, ni cuanto debe.

Aristóteles

Sin embargo, tú sigue tu camino y, como un sol escéptico, ilumínalo con los rayos de tu cólera pensadora.

Emil Cioran

Los aros de cebolla en los cojines del coche no mejoran con el tiempo.

Erma Bombeck

Dios deja de ser Dios solamente para los que puedan admitir la posibilidad de su no-existencia, y ese concepto es en sí mismo el castigo más severo que pueden sufrir.

Giacomo Casanova

Cuando el hombre se separa de sí mismo, inventa a Dios. Dios no es más que una imagen del hombre sintiendo una mala nostalgia de sí mismo.

Horst Matthai Quelle

Crear espacios dónde muy pocos habitan, obliga a pagar un precio muy alto.

Ismael Díaz Lázaro

Más daño produce en el mundo el egoísmo que la maldad.

José María Tallada

Este castillo está vivo.

Kevin Kline

Yo voy al ideal de lo que debe ser toda edificación humana. Además de satisfacer su funcionalismo material, aún cuando en el programa no exista la búsqueda de una emoción espiritual, si el arquitecto puede darla, debe darla.

Luis Barragán

Hay que luchar y seguir luchando aunque solo sea previsible la derrota.

Mao Zedong

No permitamos que nuestra rabia se torne en ira y ésta en violencia. Somos libres, no nos dejemos esclavizar por una emoción que no es más que un simple patrón de respuesta aprendido.

Mario Alonso Puig

Un hombre prudente no ha de buscarse problemas con los grandes.

Pierre-Augustin de Beaumarchais

El ser tentado es signo de que el alma es muy grata al Señor.

Pío de Pietrelcina

Quizá sea éste el motivo por el cual escribo, para encontrar estos momentos muy breves de felicidad que consisten en recordar momentos de la propia infancia. Sí, por eso escribo.

Umberto Eco