Frase de Toni Morrison

← Anterior Siguiente →

Ahora descansarán, antes de dedicarse al trabajo interminable para el que fueron creados, aquí, en el Paraíso.... - Toni Morrison

Ahora descansarán, antes de dedicarse al trabajo interminable para el que fueron creados, aquí, en el Paraíso.

Todas las frases de Toni Morrison →

Explorar Frases

Contra el hambre y la sed no teníamos defensa. Valor teníamos, pero la esperanza era sólo un recuerdo.

Mis rivales no me quieren porque mi pecado es ser veloz.

Esa seguridad incuestionable que parecía tener en su derecho a ocupar en el mundo un lugar prominente, consecuencia de no haber tenido que prescindir en su vida de ningún tipo de ventajas.

Camilla Läckberg

Amor y corazón noble son una misma cosa.

Dante Alighieri

Los problemas son una parte de tu vida, y si no los compartes, no le das a la persona que te ama suficiente oportunidad de que te ame.

En la España del siglo XVI, Alonso de Castrillo, fraile trinitario, escribio en lengua romance:

Felipe González

Es el hombre tan falaz y tan insidioso, se produce con tantas cautelas tan indirectas y tan profundas, se siente tan inclinado a sus propios intereses como poco respetuoso con los de los demás, que es imposible se equivoque quien sea un poco incrédulo y desconfiado.

Francesco Guicciardini

Estamos decididos a que antes de que el sol se ponga sobre esta terrible lucha, nuestra bandera será reconocida en todo el mundo como un símbolo de la libertad por un lado, y de una fuerza arrolladora sobre el otro.

George Marshall

La falta de opciones aclara maravillosamente la mente.

Henry Kissinger

Un proyecto que en todas sus partes promete dichas, nunca sale bien; y no te puedes librar de algún contratiempo, si no tienes una pequeña contrariedad.

Nosotros somos el fuego, el capital es el bombero. En términos más tradicionales: la única fuerza de producción es la fuerza creativa del hacer humano, y las relaciones capitalistas de producción luchan todo el tiempo para contenerla.

Nunca subestimes el poder de los celos y el poder de la envidia de destruir. Nunca hay que subestimar eso.

Los niños eran las primeras víctimas de la inmoralidad que conllevaba el desplome de las grandes civilizaciones y el derrumbe de las memorias.

El muerto al hoyo y el vivo al bollo.

No quiero estar sin ti, si tú no estás aquí me falta el sueño, no quiero andar así, latiendo un corazón de amor sin dueño.

Explorar Autores

Marco Denevi Oswald de Andrade Leonardo Torres Quevedo Alberto Cortez Maravillas de Jesús Abe Midorijo Allah Rakha Rahman Victor Duruy Grigory Zinoviev Karl Hess