Frase de Charles Manson

← Anterior
Usted no lo entiende. Lennon, el profeta, me dijo: Charlie, levántate; ¡degüella a esos cerdos que se lo pasan bomba en sus mansiones... - Charles Manson

Usted no lo entiende. Lennon, el profeta, me dijo: Charlie, levántate; ¡degüella a esos cerdos que se lo pasan bomba en sus mansiones de Hollywood! Los tiempos han llegado. ¡Tú eres el Hijo del Hombre y el Ángel Exterminador...!

Charles Manson

Todas las frases de Charles Manson →

Explorar Frases

No podría soportar a mi lado a una mujer que no me amase por mí mismo.

Blanca Miosi

La dependencia voluntaria es el mas bello de los estados, y ¡como seria posible sin amor!

Gustave Flaubert

Los religiosos se han creído que ellos tienen, por mandato divino, el deber de censurar las distintas manifestaciones de la libertad de expresión y de pensamiento.

Ismael Leandry Vega

Me gusta mirar a las personas guapas, y hace un tiempo decidí no privarme de los sencillos placeres de la vida.

John Green

La producción nacional ha de tender a logran ante todo la satisfacción del consumo popular, las necesidades industriales del país y los requerimientos del intercambio internacional.

Juan Domingo Perón

¿La edad de la luna? Yo diría más o menos trece años.

Kobayashi Issa

El historicismo rechaza el planteamiento del tema de la buena sociedad, o sea de la sociedad ideal, como consecuencia del carácter esencialmente histórico de la sociedad y del pensamiento humano.

Leo Strauss

Hoy en día es muy difícil confundir a la audiencia, los espectadores se dan cuenta de inmediato cuando ven el truco.

Matt Damon

La premeditación de la muerte es la premeditación de la libertad.

Michel de Montaigne

Los hombre generalmente no pasan de criaturas adolescentes.

Napoleón Bonaparte

Si la felicidad consistía en vivir de manera consciente la vida que se ha escogido, era feliz.

Orhan Pamuk

La verdadera amistad busca tres cosas: la virtud, por honesta; el diálogo, como deleite; y la utilidad, como necesidad.

Plutarco

Era un cuadro inolvidable verle sentado al piano como un clarividente, perdido en sus sueños; ver cómo su visión se comunicaba a través de su ejecución, y cómo al final de cada pieza, él tenía la costumbre de pasar un dedo a lo largo del teclado en reposo, como forzándose en arrancarse a sí mismo de un sueño.

Robert Schuman

El centro del amor no siempre coincide con el centro de la vida.

Roberto Juarroz

Tener gran confianza... Quiere su Majestad y es amigo de ánimas animosas, como vayan con humildad y ninguna confianza e sí.

Teresa de Jesús