Frase de Gilles Lipovetsky

← Anterior Siguiente →
En la sociedad hipermoderna, lo antiguo y la nostalgia son argumentos de venta, instrumentos de marketing.... - Gilles Lipovetsky

En la sociedad hipermoderna, lo antiguo y la nostalgia son argumentos de venta, instrumentos de marketing.

Gilles Lipovetsky

Todas las frases de Gilles Lipovetsky →

Explorar Frases

Uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos al mundo.

Arnold H. Glasow

Sólo hay una máxima absoluta y es que no hay nada absoluto.

Auguste Comte

Como revuelta espiritual, el Fascismo ha sido expresión directa del pueblo.

Benito Mussolini

El hombre no es más que una caña, el ser más débil de la naturaleza. Pero es una caña que piensa.

Blaise Pascal

Para tener pensamientos nobles no es necesario haber nacido nobles.

Charles Lamb

Francamente, quiero decir, a veces las interpretaciones que he visto en algunas de las canciones que he escrito son mucho más interesantes que la forma en la que yo las he hecho.

David Bowie

Estar alejados de los seres que queremos es de las cosas más tristes que hay en la vida. En la policía nos entrenaban para muchas cosas, pero no para soportar la soledad.

Esteban Navarro

Hay que andarse con tiento en eso de cantar victorias diplomáticas sobre otra nación, porque el cacareo puede deshacer lo que ha logrado hacer la diplomacia.

José Martí

Son las mujeres quienes crean la opinión pública.

León Tolstói

Los juegos de los muchachos no son tales juegos; antes bien, deben considerarse como sus acciones más serias.

Michel de Montaigne

Y el Cristo dijo: Padre, perdónalos, pues no saben lo que hacen, y no hay hombre que sepa lo que se hace. Pero ha sido menester convertir a la religión, a beneficio del orden social, en policía, y de ahí el infierno.

Miguel de Unamuno

Ningún hombre puede llevar por mucho tiempo, por decirlo así, dos rostros: uno en público y otro frente a frente de su conciencia, sin que al fin llegue a no saber cuál es el verdadero.

Nathaniel Hawthorne

Sus pechos nadaron hacia mí como dos peces de morro rosado, y Brenda me permitió sostenerlos. Luego, en un instante, fue el sol quien nos besaba a ambos y ya estábamos fuera del agua, demasiado satisfechos mutuamente como para sonreír.

Philip Roth

No creo que se pueda salvar a la gente, Karen.

Steve Carrell

Tribuno, tribuna, tribunal.

Valeriu Butulescu