Frase de Ken Robinson

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La inteligencia y la creatividad van de la mano. Estoy convencido de que no se puede ser creativo y no actuar inteligentemente.... - Ken Robinson

La inteligencia y la creatividad van de la mano. Estoy convencido de que no se puede ser creativo y no actuar inteligentemente.

Ken Robinson

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Explorar Frases

Los sufrimientos de los demás, quienes quieran que fueran, despertaban de inmediato su compasión, disipando cualquier oscura nube que hubiera ocultado en su mente la bondad con la pasión o el prejuicio.

Ann Radcliffe

El dinero es como el tiempo, no lo perdáis y tendréis bastante.

Anónimo

Dicen que el hábito es una segunda naturaleza. Quien sabe, empero, si la naturaleza no es primero un hábito.

Blaise Pascal

¿Es posible amar tanto a alguien que eso te impida morir?

Colin Farrell

Para un hombre que ha cumplido con sus deberes naturales, la muerte es tan natural y bienvenida como el sueño.

George Santayana

Las religiones permanecen vivas gracias a las herejías, que son repentinas explosiones de fe. Las religiones muertas no las producen.

Gerald Brenan

La humildad no es fácil de aprender, según dicen. - La auténtica no, pero saber arrastrarse cuando conviene es el catecismo básico de la comunicación moderna.

Jo Nesbø

Tanto tenemos de hombre cuanto tenemos de sensibilidad. Nuestro honor está precisamente en proporción a nuestra pasión.

John Ruskin

Ni tan justo ni tan apretado, tanto en nuestras obras como en nuestras costumbres.

Joseph Joubert

El loro plagia la palabra, pero quien está preso es el canario.

Roberto Fontanarrosa

Porque cuando un hombre tiene dudas de si el acto que va a realizar es justo o injusto, y tiene la posibilidad de informarse de antemano si lo desea, estará actuando ilegalmente si no lo hace.

Thomas Hobbes

Las cualidades de un general son el juicio y la prudencia.

Tito Livio

Un hombre ciego, aunque lleve en la mano una luz, no logrará ver.

Vardhama

Dios ama a los pobres y por consiguiente a quienes aman a los pobres.

Vicente de Paul

Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.

Voltaire