Frase de Walter Bagehot

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Un político es como un país forestal. Sólo se tiene que reducir los viejos árboles e inmediatamente llegan nuevos árboles a sustituir... - Walter Bagehot

Un político es como un país forestal. Sólo se tiene que reducir los viejos árboles e inmediatamente llegan nuevos árboles a sustituirlos.

Walter Bagehot

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Explorar Frases

La ciencia es el gran antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición.

Adam Smith

Quiero saber a Dios y al alma, ¿nada más? Nada más.

Agustín de Hipona

El ingenio es la insolencia educada.

Aristóteles

Es imposible competir contra la fuerza del tiempo, que es un constante proceso de destrucción.

E. T. A. Hoffmann

Presta oídos al mundo que yace en algún rincón de ti mismo y que no precisa mostrarse para ser.

Emil Cioran

Es la voluntad, la que hace al hombre grande o pequeño.

Friedrich Schiller

Los hombres tienen el espíritu limitado por muchas preocupaciones, mientras que las mujeres, aunque ignorantes, son generalmente vivarachas y graciosas. Pero unos y otras se hallan animados de deseos, de pasiones, tan vivas como el aire que respiran, tan ardientes como el sol que ilumina aquellas regiones.

Giacomo Casanova

Dispuesto a todo, incluso a defraudarte.

Joaquín Sabina

Quiero jugadores que puedan hacer movimientos decisivos en espacios pequeños, quiero que trabajen lo menos posible para ahorrar energía para esa acción decisiva.

Johan Cruyff

Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él.

John F. Kennedy

En cierto modo, toda guerra es una guerra sobre los sentidos. Sin la alteración de los sentidos, ningún Estado podría hacer la guerra.

Judith Butler

Hace falta, por supuesto, un mínimo control; pero también un mínimo descontrol.

Raimon Panikkar

Carácter firme es aquel que puede continuar sin éxitos.

Ralph Waldo Emerson

¿Es de los nuestros o es uno de ellos? - preguntó el soldado sentado junto a la camilla. - No se sabe - le respondió el enfermero tras unos instantes de silencio. - Es de su madre - dijo uno de los soldados que permanecían de pie a un lado. - Ahora ya es de Dios - agregó otro, pasado un rato. Se quitó la gorra y la colgó en el cañón de su fusil.

Ryszard Kapuściński

Una política cristiana es posible.

Viktor Orbán