Frase de Antonio de Solís y Ribadeneyra

← Anterior Siguiente →
Los remedios del olvido no los conocí jamás, que siempre he querido más lo que olvidar he querido.... - Antonio de Solís y Ribadeneyra

Los remedios del olvido no los conocí jamás, que siempre he querido más lo que olvidar he querido.

Antonio de Solís y Ribadeneyra

Todas las frases de Antonio de Solís y Ribadeneyra →

Explorar Frases

Sólo un pueblo virtuoso es capaz de vivir en libertad. A medida que las naciones se hacen corruptas y viciosas, aumenta su necesidad de amos.

Benjamin Franklin

¡Alejarse! ¡Quedarse! ¡Volver! ¡Partir! Toda la mecánica social cabe en estas palabras.

César Vallejo

Cuando me senté bajo una extraña bóveda de árboles, con la nada como compañía, sin amor ni amigos, mi corazón se volvió de pronto hacia ti, y sentí tu amistad, un lazo suave sobre mis manos.

Charlotte Brontë

Con la ignorancia armonizan bien los errores.

Concepción Arenal

La poesía es una mentira que nos hemos inventado para hacernos creer que a ratos podemos ser tiernos y civilizados.

David Trueba

La pasión por la música es en sí misma una confesión. Sabemos más de un desconocido que la tiene que de alguien insensible a ella que frecuentamos a diario.

Emil Cioran

Los chilenos seguimos conectados a la tierra, como los campesinos que antes fuimos.

Isabel Allende

Se ha avanzado, paso a paso, demasiado lentamente, al tranco cansino y dubitativo de la transición chilena a la democracia que terminó, mal que nos pese, en una democracia incompleta y excluyente.

Jorge Arrate

Dame cuatro mil Extremoduros y quítame gigantes yanquis de pies de barro, que me da la risa.

Kutxi Romero

¡Oh, pasión nunca humilde, siempre cierta!

Macedonio Fernández

Los fusiles no se pierden fácilmente, pero los hombres sí, pues caen heridos, mueren, se enferman o desertan.

Mao Zedong

Y lo que terminará por deteriorar aún más el sentimiento de la virtud es que no solamente no es un primer movimiento, natural, sino que es, por definición, un movimiento vil e interesado que parece decir: te doy para que me des.

Marqués de Sade

Las mujeres prefieren siempre a los hombres insignificantes, pues se les parecen.

Pär Lagerkvist

El público es tan limitado, tan incapaz, que sólo ve aquello que se le enseña.

Stendhal

La ficción es la verdad dentro de la mentira.

Stephen King